domingo, 6 de febrero de 2011

Julio

Por una escalera que me lleva al cielo voy encontrando y sintiendo. Pero esta escalera no es directa, es inversa. No me da respiro, no me deja asimilarte y entenderte. Pero no quiero entenderte, no quiero descifrar nada. Es demasiado justo para ser descifrado.
No dejo de subir y bajar, me siento en algún descanso para seguir jugando. La piedra cae en el tres, tres de alambres cruzados, de miradas que se buscan, de alientos de vapores de agua. Salto. Un pie se desengancha. La piedra, que ya no es piedra, se va con  el viento que ya no es viento. El pie no deja su rastro en la escalera, avergonzado  la abandona, pero antes hace un ultimo intento. Siete. No es sencillo, pero la llegada seduce y lo intenta. La fuerza, el impulso, la tierra que se desprende, el tiempo inamovible que avanza inamovible- inamovible-inamovible. Pero en realidad si se mueve, la fuerza de resistencia es menor que la fuerza de impulso y si eso no se mueve, si el árbol no gira al sol, si las nubes no besan el mar, si los colibríes no se pierden en la frescura del rocío; el siete no esta tan lejos. El cielo esta mas cerca, la vergüenza se va con la sombra.

La sombra esconde todas las sobras. Lo tuyo no es sobra, es la escultura de las artes. Es necesario para la vida, para jugar, la escalera no tiene fin.
No
tiene
fin.

r.

1 comentario:

  1. la escalera no tiene fin, podria ser prefectamente el estribillo de alguna cancioncilla del conductor de easr

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